Escuela 2018 es el título que un grupo de profesores ha puesto a una iniciativa que pretende recopilar propuestas concretas, positivas, personales, creativas y constructivas, sobre el modelo de educación que queremos para dentro de 10 años. Me ha encantado la idea, así que voy a aportar algo, aprovechando una retahíla de twittadas sin sentido de hace unas semanas, que ni yo mismo me creo en algunos casos. Así que venga, casi sin pensar...
1 - Dinero, mucho dinero
Mal empezamos; se pedían ideas concretas, originales, positivas, etc. y yo comienzo pidiendo dinero. Pero es que si no es así, a ver quién inventa luego nada; tampoco el panorama nos hace ser muy optimistas en esto: Zapatero no mete la educación como eje prioritario, carga el ministerio de educación con otras competencias, el Rey pide que los partidos se pongan de acuerdo en varias cosas entre las que no está la educación, etc.
2.- El papel de la innovación
En los últimos tiempos se ha intentado vender la idea, continuamente, de que los cambios educativos tendrían que pasar por la incorporación de procesos innovadores en las prácticas de los docentes. Pero poca gente nos ha recordado que la innovación, si no produce mejora, no es innovación; además, la innovación no sirve como modelo generalizable de funcionamiento. La innovación, nos guste o no, es elitista y como tal debe servir para la construcción de modelos generalizables; es decir, si eres capaz de innovar y producir mejora, entonces estupendo, pero si no habrá que ayudar a la puesta en marcha de procesos estructurales estandarizados.
3.- La autonomía de gestión y docente
Por supuesto pienso que la autonomía de los Centros Educativos o de la labor docente, es un elemento esencial que permite adecuar los procesos al contexto en el que se desarrolla la actividad. Lo que no se puede es extender ese potencial de gestión autónoma a todos los Centros y profesores, se sepa o no se sepa gestionar.
De otra forma, si un Centro no es capaz de desarrollar de manera autónoma un sistema de funcionamiento con un mínimo de coherencia organizativa y docente (haberlos haylos), entonces la administración debe contar con modelos de funcionamiento perfectamente desarrollados y protocolizados para ser aplicados, de manera obligatoria, cuando proceda.
4.- Los políticos sólo para gestionar recursos
Sin embargo, los desarrollos legislativos necesarios, los diseños, los planes, etc. deben estar en manos de un Comité Técnico Nacional, con sensibilidad autonómica e ideológica, pero sólo eso, "con sensibilidad". Además, este Comité debe contar con el mínimo de pedagogos posible; los pedagogos deben ser los que dirijan la puesta en práctica, pero no el diseño. En este país hace falta hablar mucho de metodología y es aquí, donde los pedagogos tienen mucho que aportar y muchísimo que enseñar.
5.- Localización de la atención (10000 habitantes, por ejemplo)
El seguimiento de las situaciones especiales de alumnos debe realizarse de forma integral, tenemos que dejar de hacer la guerra por nuestra cuenta todos los sectores que tienen algún tipo de responsabilidad sobre los menores. Tiene que existir, en un ámbito de influencia reducida, un órgano que centralice y coordine todas las actuaciones que se lleven a cabo en la órbita de determinados menores, con una base de datos única.
Así, docentes, policía local, juez, y servicios sociales no tendremos más remedio que entendernos de alguna manera y trabajar de forma conjunta en la solución de problemas.
Me encanta que haya jueces defendiendo exclusivamente a la mujer, me encanta que exista el Seprona cuidando el Medio Ambiente, me encanta que haya policías locales atendiendo el tráfico, etc. etc. Pero ¿quién contra se encarga en nuestro país de defender a los menores, cuando estamos presenciando cómo miles y miles de ellos están siendo condenados a ser presa de auténticas cárceles vitales?
6.- Infraestructuras
Está muy bien todo eso de las PDI, o de ordenadores en las aulas, o de poner en práctica multitud de programas o de poner comedores; pero digo yo que antes de todo eso tendremos que caber en los Centros, ¿o no?. Estoy convencido que en España hay multitud de Centros masificados, con ratios muy elevadas, con números altísimos de alumnos, sin lugares de esparcimiento apropiados, con tránsitos y desdobles muy limitados; y eso hace que sea muy difícil plantearse cualquier tipo de cambio o avance. Habría que plantearse como prioritaria la racionalización definitiva de los espacios escolares, con directrices claras y planificaciones inteligentes que no den lugar a la constante improvisación y parcheo que en muchos casos se presencia por no sé cuál movimiento migratorio o censal.
7.- Responsabilidad en la individualización
La individualización de la enseñanza tiene que pasar por el punto 5 anterior, asumiendo cada sector no sólo responsabilidades, sino capacidad de actuación o de promoverlas. Por ejemplo, si en un Centro se está observando la dejación que un alumno está sufriendo fuera del Centro, se tiene hilo directo con el juez para que, con informe orientativo, pueda promover actuaciones o diligencias oportunas. Ahora, se necesitan meses y millones de informes de sectores diversos para que una fiscalía de menores haga algo. Creo que la relación entre agentes tiene que ser directa y efectiva de cara a la solución de problemas o, lo que es mejor, a su prevención.
8.- Dignificación profesional
Hay que recuperar la dignificación de la profesión docente y, para ello, es necesario la dignificación previa de la institución. Por supuesto, al docente hay que atribuirle YA el carácter de autoridad administrativa y cuando alguien entre en un Centro Educativo tiene que traer bajo el brazo la idea que lo que allí ocurre necesita de su colaboración y ayuda. En la actualidad, en muchos casos, parece como si los únicos lugares donde uno tuviera derecho a insultar y pegar voces son los campos de fútbol y las escuelas.
Y para eso hace falta que la institución escolar ofrezca una imagen organizativa adecuada a los tiempos que vivimos, donde el trabajo codo con codo de manera colaborativa se respire por todas partes.
9.- Jornada laboral
32,5 horas de trabajo semanal en el Centro, pero ninguna de trabajo en casa. Es decir, la coordinación y el trabajo en equipo se impone administrativamente, pero se acabó el voluntarismo como único medio de avanzar. La formación quedaría encuadrada dentro de esa jornada laboral y el diseño de ésta tendría que contemplar no sólo los mecanismos para forzar el trabajo en grupo, en equipos los suficientemente pequeños como para garantizar resultados, sino espacios horarios donde se prepararía la docencia o donde se evaluaría al alumnado. Por supuesto, si luego se llega a la determinación que 32,5 horas no son suficientes, entonces habría que pensar en reforzar las plantillas y los espacios.
10.- Incentivos
Los polémicos incentivos económicos se tendrían que establecer no por la obtención de resultados sino por la capacidad de concretar cuestiones relacionadas con la organización didáctica o funcional de los Centros.
11.- Los Centros educativos al servicio del aula
Ahora ocurre justo al revés: lo que se desarrolla en las aulas gira en torno al Centro Educativo por medio de numerosos programas e inventos de concepción vertical. Si nos paramos a observar, la multitud de inventos que hoy en día ven la luz terminan por condicionar mucho lo que ocurre en las aulas. La administración, para intentar poner avances en cuestiones sociales como la paz, coeducación, educación vial, alcohol, etc. engrana la maquinaria de los Centros al servicio de programas y planes que terminan condicionando demasiado lo que ocurre en las aulas. Hay que invertir esto: lo que un Centro Educativo promulgue es muy importante socialmente, pero su principal función es estar al servicio de lo que ocurre en las aulas pues es ahí, al fin y al cabo, donde se produce lo importante, cuando tras nosotros cerramos la puerta de las mismas. Hay que volver a hablar mucho más del aula y un poco menos del Centro.
12.- Desarrollos curriculares
Hay que simplificar los desarrollos curriculares actuales. Los diseños nacionales, completados por los comunitarios y rematados por innumerables leyes, planes, transversalidad y derivados, han hecho a nuestras estructuras curriculares tan difíciles de digerir, que han puesto en bandeja la entrada en el juego de unas editoriales como únicas conocedoras de las mismas. El resultado ya lo conocemos plasmado en unos libros de textos que lo único que sirven es para recordarnos que no podemos prescindir de ellos.
Yo elaboraría una propuesta curricular completamente nueva centrada en un eje más simple:
Evaluación inicial - Objetivos - Actividades - Evaluación
Escuela 2018
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Anibal de la Torre
http://www.adelat.org
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