dimecres, 30 d’abril del 2008

La escuela soñada

(a Boris Mir)

Yo sueño en un aula de muros transparentes,
Frágil y rotunda como una gota de agua,
Un aula que se tiende al sol de la tarde,
A la lluvia y al viento, al ruido de los coches,
Al bullicio en la calle, al rumor del mercado
Y a las íntimas plazas en las que mana el tiempo.

Un aula que destile el horror de la guerra
Y el hambre, que presienta las cejas
Vencidas y dignas de los que nunca cuentan.
Un aula que sienta el dolor, la injusticia
Como un zarpazo avieso en la mano tendida.
Que invente la utopía en cada hora de clase
Y la melancolía lúcida que siempre la acompaña.

Sueño un aula taller, alfar de ceramista
En el que las formas se celebran y exaltan
Y son de uno mismo y de una y de todos
Y todas, de la común palabra recobrada,
Ese cuenco que evoca sonrisas y nombres.

Un aula que inventa la parte de mundo
Que le estaba destinada tal vez desde siempre,
Alquimia feliz de la furia y la idea.

Si yo pudiera
Llegar a ser pastor de ese rebaño
Insobornable y lúcido,
Podría descansar sobre una piedra
Al borde del camino, esperar la caída de la tarde,
Sentir en la cara
La brisa humilde y fresca del prodigio.

Juan Sánchez-Enciso

Escola2018

1 comentari:

Anònim ha dit...

Precisa y preciosa sensibilidad de maestro. Gracias.